jueves, 16 de marzo de 2017

Soy profe I

─Bien. A ver... ¡Venga sentaos! Os presento a Don Ícarus. Será vuestro profesor durante el próximo mes.
Llevaba tiempo imaginando en mi cabeza cómo sería mi primer día y cuáles serían mis primeras palabras. Me había traído de casa uno de mis libros favoritos ─"Lo es", de Frank McCourt─; pensaba leerles un fragmento y así romper el hielo. Puede, incluso, que terminara mi intervención con una pequeña broma. Había decidido que sería un profesor firme a la vez que cercano y afable. Puede funcionar ─me decía a mí mismo mientras ensayaba frente al espejo─. No todos me miran. Algunos, de hecho, ni siquiera miran hacia donde yo me encuentro. A mi derecha, un grupo de niñas cuchichean algo que no consigo entender bien. A mi izquierda, un niño con una especie de pelusa en la barbilla me mira desafiante. Y ahí estoy yo, en mitad del encerado, observándolos a todos, cuando salen de mi boca las primeras palabras que pronuncio en mi vida como profesor: "Señores, ¿acaso esa mesa parece un sofá? Bájense de ahí".

Resulta que mi primer cometido como profesor es vigilar un examen de 4º de ESO. Genial, a la mierda la cercanía y la afabilidad; me toca ser "The observer". Esto no estaba en mis planes. Un alumno se me acerca a cámara lenta y en mi cabeza no para de sonar "Bad boys, bad boys, whatcha gonna do?"
─Profe ─me pone la mano en el hombro─, si nos ve copiar no diga nada, vamos a ser amigos, ¿vale?
Estupendo, la primera pregunta que me hacen resulta ser una prueba/amenaza. Tengo que responder en consecuencia. Y vaya si lo hago.
─Primero, las confianzas para los amigos y la novia ─os juro que dije eso─. Segundo, cualquier forma de copiar que se te ocurra ya la inventé yo antes de que tú nacieras, así que vuelve a tu sitio y que no te vea levantar la cabeza del folio.
Cruzo los brazos ─me lo imagino a cámara lenta, claro─ y vuelve a sonar en mi cabeza "Bad boys, bad boys, whatcha gonna do?". Primera prueba superada.

En mi segundo día tengo que echar una mano en el aula taller de 2º de ESO. Están dando electricidad ─o circuitos, no sé─ y yo no tengo ni idea de eso ─¡en mis tiempos hacíamos maquetitas!
─Profe, ¿puede venir? ─ahí va mi segunda prueba.
Me acerco a la mesa. Me inclino un poco para oír mejor y frunzo el ceño, como para entender mejor la pregunta.
─¿De dónde es usted?
Mierda, han descubierto que no soy de aquí. ¿Qué hago, miento? No puedo; se darán cuenta.
─De allí.
─¿De allí? Mi abuelo es de allí.
No sé si me está mintiendo y frunzo el ceño un poco más.
─Maestro, ¿puede venir?
─Técnicamente no soy maest...
─¡Maestro, aquí!
Eres un adulto con título universitario ─me repito a mí mismo─. Tranquilo, podrás contestar esta.
─¿De qué equipo es?
Y así una hora. Al menos con esta clase no tengo que hacer de profe malo.

El tercer día vamos de excursión al "museo de cosas chulas de aquí".
─Profe, ¿se viene con nosotros al museo? ─me pregunta el cabecilla de un grupo de seis alumnos.
─Sí.
El cabecilla da una palmada como de alegría. Dos niñas se miran y se ríen. Otros tres niños salen corriendo a decírselo al resto de la clase. Son buenas noticias. A este paso, en dos semanas los veo a todos en plan "Oh, capitán, mi capitán".

Continuará...

4 comentarios:

  1. ¡Qué grandes sois los maestros, los profes! Vosotros sois los true influencers jj. Sinceramente, no sé qué habría sido de mi sin unos cuantos. Me dan ganas de contar batallitas. Quizá para la próxima entrada, en cuanto saque un hueco.

    ¡Me ha encantado! Tus entradas nunca decepcionan ;)

    Un abrazo,
    P.

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    1. Cuenta batallitas, P. Vuelve a tu estupendo blog, que necesito más de Madrid y de tus historias.
      Habrá más aventuras de profesor, lo prometo.
      Un abrazo.

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  2. Bueno, ya es oficial: he leído todas tus entradas. Y todas me han gustado. Dejé de comentar al principio porque veía que te iba a petar el blog.
    Me gusta mucho cómo escribes; el artista está en los detalles y tú aportas detalles que demuestran mucha sensibilidad por tu parte.
    Me gusta también la forma en la que te has planteado tu vida; veo que tienes las cosas bastante claras y se te ve un tipo valiente (hay que serlo para atreverse con chavales de la ESO). Y sí, estoy convencida de que dentro de nada los tienes comiendo en la palma de tu mano (tal vez ya sea así).
    No borres el blog! Lo leí hace unas entradas... Creo que estás construyendo algo muy chulo, con una forma y unas referencias propias. Cuentas tu historia como si fuera una novela y eso me parece arte. Y el arte no debe borrarse!
    Enhorabuena por... no sé, todo en general.
    Nos leemos!!
    Un saludo enorme!

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    1. Primero, me alegra mucho que te haya gustado mi blog -gracias por haberte leído todas las entradas-. Así da gusto.
      Segundo, gracias también por considerar que lo que hago es arte. Yo no lo veo así; simplemente cuento cosas cotidianas que me pasan y que seguramente le pueden pasar -y le pasan- a cualquiera. Es un estilo completamente diferente al de mi primer blog -ese era mucho más oscuro e intensito-. Ahora me siento más cómodo escribiendo de una manera más directa y cercana. Me gusta lo que he creado aquí. Tiene mucho que ver con mi momento actual y con cómo lo tengo todo ordenado en mi cabeza -me ha costado llegar a ese punto, no te creas.
      En definitiva, muchísimas gracias por tu tiempo y tus palabras. Y tranquila, no lo voy a cerrar (de momento).
      Un abrazo.

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