sábado, 20 de mayo de 2017

Por y para ella

Bonita me dijo en una ocasión que las personas que de verdad importan y merecen la pena nunca terminan de irse de nuestras vidas. Que siempre acaban volviendo para abrir de una patada la puerta que ellos mismos dejaron entreabierta tiempo atrás. Y Bonita siempre tiene razón. Por eso ─entre otras muchísimas cosas─ la quiero tanto. Por eso, en su momento, dejé su puerta medio abierta; para volver y quedarme a su lado para siempre.

Creo que en el fondo este blog es eso; mi manera de decirle todo lo que significa para mí. Creo ─y así lo veo─ que este blog es mi regalo. Mi forma de decirle lo mucho que la quiero y lo feliz que me hace. Mi manera de agradecerle que me encontrara y me ayudara a ser quien soy. Creo sinceramente que he sabido crear algo digno de ella.

Y es por eso que he decidido dejarlo aquí. Aquí y ahora, sintiéndome feliz por haber podido dejarle algo así a mi Bonita.

Es hora de cerrar, por tanto. Y me gustaría que fuera Bonita la que, a través de sus propias palabras, despida y ponga el punto final a esta historia, a este capítulo. Tan corto e intenso como bonito. Tan maravilloso y especial como ella.

─Volveré. Y no sólo aquí. Volveré a ti mil veces porque eres el sitio donde quiero estar.

martes, 2 de mayo de 2017

Sofá nuevo y otras cosas

Me he comprado un sofá nuevo. Bueno, en realidad lo ha comprado la casera, que para eso es su piso. Jugué (muy) bien mis cartas y conseguí, no sólo que pensara que había sido idea suya, sino que además comprara el modelo que yo quería. También me he pillado varios muebles y chorradas para la casa ─esos sí los he pagado yo─. Todo para hacerla un poco más mía. Yo creo que ha quedado bastante guay; muy a mi rollo.
En el trabajo bien. Muy bien, de hecho. Es sencillo, agradable y de poco desgaste. Cuando me den el título de profesor dejaré currículums en institutos ─que para algo he hecho el máster─, pero de momento estoy contento con lo que tengo.
Aquí ya es prácticamente verano. He guardado las mantas ─aunque he dejado una fuera para cuando venga Bonita─, al edredón le quedan pocos días para volver al armario y mi gato está empezando a soltar pelos como un desesperado ─pobre mío─. Sí, podemos decir que ya es verano.
Las últimas dos semanas he tenido la casa llena de gente. Papá, Mamá y varios amigos de allí han monopolizado mi tiempo ─y mi cama─ hasta el punto de no recordar cuándo fue la última vez que estuve más de dos días solo y tranquilo en mi casa.