jueves, 9 de febrero de 2017

Saber querer

Mi prima pequeña ha venido con su novio a pasar unos días a mi casa. Mi prima pequeña tiene bastante de prima, pero muy poco de pequeña ─tiene sólo tres años menos que yo─. Es toda una mujer hecha y derecha, pero para mí siempre será mi prima pequeña. Es lo que tiene ser el primogénito, que los primos y hermanos siempre son pequeños para uno.
El novio de mi prima se echa laca. No confío en los hombres que se echan laca.

Estoy escuchando "No time for caution" de la banda sonora de "Interstellar" mientras escribo. No tiene relevancia ninguna, pero me apetecía contarlo ─Hans Zimmer sabe crear buena mierda.
Hoy no tengo muy claro de qué voy a hablar. Es una constante en este blog eso de sentarme a escribir sin saber de qué hablar, así que no sé por qué he dicho eso. Bueno, empezaré a aporrear teclas y ya veremos qué es lo que sale ─de momento creo que ha ido bastante bien.

─Quédate ─le rogué la última vez.
─Te juro que quiero quedarme ─contestó ella─, pero no puedo. Vendré pronto, eso te lo prometo. Y un día vendré y nunca más me volveré a ir.
Han pasado tres meses desde esa conversación. Tres meses sin ver a Bonita.

En alguna ocasión he comentado que Bonita no vive aquí conmigo. Está presente en mi vida, sí, pero no físicamente ni, rotundamente, de manera obsesiva. ¿La quiero? Por supuesto. ¿Querría tenerla aquí? Claro que sí. Pero su ausencia no condiciona mi vida. No me frena, no me ralentiza. No me impide ser feliz. Aprender a querer es aprender a darte cuenta de que se puede vivir sin esa persona.
─Estoy absolutamente enamorado de ti, Bonita, pero sé que puedo vivir sin ti ─le dije en una ocasión─. El problema es que prefiero no tener que hacerlo.
Cuando las circunstancias se ponen en tu contra, tomar la correcta, aburrida y jodida decisión de aguantarse es lo que ayuda a seguir adelante y buscar soluciones. Yo sé ─y estoy seguro de que Bonita en el fondo también lo sabe─ que nuestro momento llegará, es sólo cuestión de tener paciencia. De tener paciencia y de seguir queriendo al otro sin importar nada de lo que pase. Pero, como digo, que ese deseo, esa espera, no te consuma.
─Quiero que seas feliz ─me dijo antes de venirme a vivir aquí─, que disfrutes de lo que tanto esfuerzo te ha costado conseguir. Y que sonrías, que tu sonrisa me da la vida. Y tranquilo, no sé qué pasará, pero sé que te querré toda la vida.

Voy a terminar esta reflexión ─¿un poco intensa, quizás?─ diciendo que es probable que Bonita venga a verme pronto y a pasar unos días aquí.
─Necesito ir a verte, desconectar de esta ciudad, mandarlo todo al carajo.
Quién sabe, a lo mejor esta vez se queda.

6 comentarios:

  1. He de confirmarte que la reflexión de la laca ha estado bastante bien, creo que voy a compartir esa opinión.

    Creo que es bastante importante el hecho de querer a alguien pero, al mismo tiempo, saber estar en la distancia sin esa persona. Lo que he experimentado alguna que otra vez (si no en mis carnes, en las de otros) y es que muchas veces mudamos de piel y de sentimientos, como una fusión, cuando nos apegamos demasiado a alguien. El problema de todo esto radica en que cuando te encuentras solo no te puedes encontrar por ningún lado ante tantas y tantas capas de maquillaje.

    Está bien ser moldeable pero sabiendo siempre volver a una postura en la que te reconozcas. Además, de ser así ¿No apreciaríamos más los componentes de quienes nos rodean?

    Un abrazo Ícarus

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo en lo que has dicho de "mudar la piel y sentimientos" al encontrarte demasiado apegado a alguien. Precisamente hablo de eso en la entrada, de que por suerte -y con cierta sorpresa- sigo siendo yo a pesar de no estar con Bonita. ¿Y sabes qué? Uno se siente tan bien al comprobar que no es preso de una emoción...

      Eliminar
  2. Me has matado con aquello de que sabes que estás totalmente enamorado, que puedes vivir sin ella pero preferirías no hacerlo. No sé, esa frase ha destilado mucha esencia. Me ha gustado.
    Pienso que sí, has aprendido algo muy importante, aprender a ser feliz sin tener que estar en presencia física de la persona a la que quieres. Eso es muy de adultos. Yo creo que estoy a años luz de esa paz mental. Veremos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "El problema es que prefiero no tener que hacerlo"; quería decir que prefiero no tener que vivir sin ella, es decir, que preferiría vivir con ella a vivir sin ella. Espero que se entienda. Bueno, qué más da.
      Ay, querida, es que te saco un puñado de años; clave para entender y aprender muchas cosas. Ya lo verás.
      Un abrazo y gracias por pasarte.

      Eliminar
    2. Sí, claro que te he entendido, se entiende perfectamente la frase.
      Lo del puñado de años... pues a lo mejor influye!! Pero no son tan puñado, yo creo, aunque quizás los justos y necesarios para lo que comentamos.

      Eliminar
    3. No son muchos; llevas toda la razón ;)

      Eliminar

Ya que has llegado hasta aquí...