─Ya tengo trabajo ─le dije a Bonita mientras salía de la entrevista.
─¿Ya? ¡Joder, eres el anti paro! ─me respondió al otro lado del teléfono.
Ni siquiera había sido una entrevista; llegué, me presenté, me senté y mi nueva jefa me expuso las condiciones de mi nuevo trabajo. El primero que consigo aquí.
─Empiezas el lunes ─terminó diciendo─. Bienvenido.
Hace un par de entradas dije que sabía que todo iría bien y que encontraría trabajo pronto. Y no me equivoqué. Dos días después de escribir aquello ya tenía trabajo.
─Qué alegría, tesoro. Me alegro mucho por ti.
─Gracias, nena.