Bonita me dijo en una ocasión que las personas que de verdad importan y merecen la pena nunca terminan de irse de nuestras vidas. Que siempre acaban volviendo para abrir de una patada la puerta que ellos mismos dejaron entreabierta tiempo atrás. Y Bonita siempre tiene razón. Por eso ─entre otras muchísimas cosas─ la quiero tanto. Por eso, en su momento, dejé su puerta medio abierta; para volver y quedarme a su lado para siempre.
Creo que en el fondo este blog es eso; mi manera de decirle todo lo que significa para mí. Creo ─y así lo veo─ que este blog es mi regalo. Mi forma de decirle lo mucho que la quiero y lo feliz que me hace. Mi manera de agradecerle que me encontrara y me ayudara a ser quien soy. Creo sinceramente que he sabido crear algo digno de ella.
Y es por eso que he decidido dejarlo aquí. Aquí y ahora, sintiéndome feliz por haber podido dejarle algo así a mi Bonita.
Es hora de cerrar, por tanto. Y me gustaría que fuera Bonita la que, a través de sus propias palabras, despida y ponga el punto final a esta historia, a este capítulo. Tan corto e intenso como bonito. Tan maravilloso y especial como ella.
─Volveré. Y no sólo aquí. Volveré a ti mil veces porque eres el sitio donde quiero estar.